segunda-feira, outubro 12, 2015

Arredores de Estremoz

Na minha navegação pela Internet, saltou-me à vista este artigo escrito por um e referente a outro cidadão espanhol, cujo tema são os arredores da minha querida Estremoz. Conheço pessoalmente todos os lugares aludidos e, por isso também, a publicação muito me sensibilizou.

El conejo del Alentejo

  • Tres restaurantes para comer en el campo a media hora de Badajoz

Felipe Pla es amigo en Facebook, que es una amistad moderna que tiene su gracia. Felipe se ha convertido en uno de mis gurús de la gastronomía portuguesa. Felipe es de Badajoz (su apellido lo dice todo) y gusta de recorrer ambas lados de la frontera en bici. Este verano, pedaleó por los caminos de la Serra da Ossa, cerca de Estremoz, y se detuvo a comer en un restaurante humilde y campestre llamado Flor da Coutada. Inmediatamente tomé nota y hace un par de semanas me acerqué por allí.
Me encantó el lugar. Si no te fijas bien, parece una granja antes que un restaurante. Tiene un porche con sombra, un comedor pequeño y aseado con las mesas apretadas y un ambiente de casa de comidas que evoca otros tiempos. Cuando entré, me golpeó en la nariz un aroma a estofado delicioso, sonaba desbocada la válvula de una olla exprés y la cocinera trajinaba en los fogones mientras me comentaba los platos que preparaba: sardinas, ensopado, patatas fritas chips, que cortaba con destreza, migas contundentes y unos cachelos o patatas cocidas con piel que acompañarían el bacalao, el cordero o la ternera.
En Flor da Coutada es difícil comer, postre y vino incluidos, por más de 15 euros. Escojo este restaurante para empezar una trilogía de encantadoras casas de comidas campestres situadas en los alrededores de Borba y Estremoz, a media hora de Badajoz.
Flor da Coutada está en un paraje llamado Monte da Vinha. Para llegar a él, hay que coger el cruce de la N-381, dirección Serra da Ossa, situado entre la entrada a Estremoz desde la N-4 de Badajoz a Lisboa y el cruce con el acceso a la autovía. Hay que circular unos tres kilómetros por la N-381 y a la derecha, en medio del campo, Flor da Coutada.
15 kilómetros antes, siempre por la N-4 en dirección a Lisboa, tenemos otros dos sencillos restaurantes de campiña. Justo antes de que la nacional llegué a Borba desde Badajoz, un cruce a la derecha indica Orada. Hay que tomar esa carretera y circular por ella camino de Alcaraviça, una aldeíta de Borba que destaca por sus dos restaurantes tradicionales.
El primero es la Tasca dos Coelhos, cuya dirección señala un cartel: un cruce a la izquierda de la carretera de Orada. Esta tasca de los conejos es uno de los restaurantes más alentejanos que conozco: sencillo hasta decir basta y sin ningún lujo (el retrete de caballeros era de los de agujero en el suelo la última vez que lo visité), pero con unas sopas de tomate con bandejas de tropezones de pan, de longaniza, de morcilla, de torreznos y de pimientos que alimenta a una familia. Y después, conejo, claro: estofado en una salsa hecha con sus menudillos, en tartera de barro, acompañado por bandeja de ensalada de pimientos o de tomate y bandeja de patatas fritas. Si han tomado sopa, con media ración basta para dos, pero en fin, ustedes deciden. Con café, entrantes, vino y algún helado, calculen 25 euros la pareja.
El último restaurante de nuestra ruta campestre se llama O Espalha Brasas. Para llegar a él, deben seguir recto hacia Orada en lugar de coger la dirección de la Tasca dos Coelhos. Unos pocos kilómetros más adelante, un cartel indica a la izquierda el lugar donde, en una sala acristalada y con mucho aparcamiento, puede usted disfrutar con una sopa de gallina excelente, con un cabrito asado, más conejo en tartera o más sopa de tomate tremenda. También tienen bacalao con espinacas, carrilleras de cerdo, gallina de campo. El vino de la casa, servido en jarras, se puede beber y de postre, como novedad, tarta de queso. ¿El precio? Low cost como todo lo que les recomendamos: les costará trabajo llegar a 30 euros la pareja. ¡Ah, invitan a licor digestivo!

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